PESE A LAS RECIENTES Y RECALCITRANTES TEMPERATURAS, “EL DÍA MUNDIAL DEL MEDIO AMBIENTE”, QUEDÓ EN EL OLVIDO

  • El problema del calentamiento global por la devastación ambiental, es inminente de especies arbóreas, se quedaron en el vivero municipal a la espera de ser “sembradas en la madre tierra”.

APATZINGÁN, Mich., Ni la recalcitrante calor que se ha dejado sentir desde hace algunos meses y años atrás, la constante perdida y muerte de especies arbóreas y animales, la disminución de los mantos freáticos, la desaparición de fuentes manantiales, afluencias acuosas de ríos, arroyos y grandes cuerpos de aguas; son suficientes para entender que de inmediato, todos los seres racionales de este planeta, debemos de hacer frente a la inminente colapso de nuestro medio ambiente y el planeta, que sufre las inclemencias de nuestros concupiscentes actos.

Huecos, inertes e inermes quedó lo establecido por los integrantes de la “Asamblea General de Naciones Unidas”, cuando un 15 de Diciembre del año 1972, tras dirimir sesudamente, resolucionaron, que un 5 de Junio de cada año, se celebre, conmemore y exalte el “Día mundial del medio ambiente”, cuyos objetivos primordiales, son darle una cara humana a los temas ambientales, convirtiendo a los seres humanos en agentes de desarrollo sustentable y equitativo de nuestro entorno natural.

Sin embargo y, pese a que a diario se habla en medios de comunicación cibernética, escrita, televisiva, radiofónica, inter personal, etc. Del “Calentamiento global” y los deterioros del medio ambiente, un día tan sencillo, 5 de Junio, como ayer, “Día mundial del medio ambiente”; pasa desapercibido este tema de vital importancia, tanto para autoridades municipales, clubes sociales, asociaciones civiles, etc. Quienes no atinaron ni a hacer mención del tema, mucho menos recoger una basura, desazolvar un manantial, replantar árboles.

Pese a que el vivero municipal, registra cantidades milenarias de especies arbóreas, éstas, se quedaron en espera de ser requeridas por cualesquier persona, que deseara “sembrarlas en el seno maternal terráqueo”, para coadyuvar con la reforestación y, por ende, ser parte del subsanamiento de esta problemática ambiental, que amenaza con exterminar inexorablemente a todo ser viviente.

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